¿Existe algún proceso industrial que sea capaz de reciclar «grandes volúmenes» de estiércol?. La mayoría de soluciones industriales actuales se basan en la biometanización, un proceso industrial que acelera el proceso microbiológico de descomposición de la materia orgánica convirtiendo el estiércol en biodigestato y generando gas metano en el proceso.
Si bien el biodigestato puede ser comercializado como compost, nunca llega a tener la calidad y las cualidades que pueden obtenerse con un proceso de compostaje. El punto fuerte es que la producción masiva de este tipo de compost es que puede llegar a proveer de una buena y abundante base para la fabricación de fertilizantes, rompiendo así la dependencia que actualmente se tiene de los fosfatos y de las importaciones que está llevando a un encarecimiento exponencial de la fertilización que se traducirá en un aumento en el precio de los alimentos.
El otro punto fuerte de estas plantas industriales es su alta capacidad para reciclar grandes volúmenes de Residuos Sólidos Urbanos (RSU), y para la elaboración de biogas. Este es un combustible producido por la digestión anaerobia, un
A la pregunta de porque no existen más plantas industriales de este tipo actualmente, es que hasta ahora estas instalaciones se han mostrado «ineficientes». Son plantas con unos elevados costes de inversión y de operación que requieren de un suministro constante para mantener un ritmo regular de la operativa. Por lo tanto, se necesita garantizar un suministro constante de materiales a digerir. En cambio los procesos de compostaje se pueden adaptar a este sumisnistro sin que causen pérdidas operacionales.
Otro problema es que se exige un control exhaustivo de los productos a tratar por la presencia de materias inhibidoras, y por la necesidad de completar el sistema con post-tratamientos para reducir la cantidad de nitrógeno de las deyecciones. Esto hace que en la mayoría de los casos, menos de la mitad de todo el material que reciben estas instalaciones pueda ser tratado, por lo que finalmente termina en la incineradora.
Cataluña fue la comunidad que en su momento más apostó por este tipo de instalaciones impulsadas por el Institut Català d’Energia de la Generalitat de Catalunya con una gran inversión. Se llegaron ha abrir hasta 9 plantas. Hoy la mayoría de ellas se encuentran paradas debido a problemas en su funcionamiento y mantenimiento. Suponen un alto coste energético, de mantenimiento y ambiental. Por contra la planta de compostaje apenas necesita recursos energéticos y su mantenimiento en costes es proporcionalmente mucho más económico.
En la estrategia española de descarbonización, los biocombustibles son la gran apuesta junto con las renovables. Esto supone una gran fuente de financiación para que equipos de investigación y empresas trabajen conjuntamente en la mejora de estos procesos industriales. Este es el caso del sector porcino que busca soluciones de manera urgente para ser más sostenible. Para ello se han creado varios acuerdos del sector con universidades y centros de investigación en la búsqueda de soluciones industriales en el tratamiento de los purines.
Este es el caso de la Cátedra en Gestión Medioambiental Sostenible de la Producción Porcina que mantienen Cefusa, la empresa ganadera de Grupo Fuertes, y la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), que trabajan conjuntamente en la gestión medioambiental de los purines y en la mitigación de emisiones. Según fuentes de la propia cátedra “se ha logrado reducir un 40% la superficie agraria necesaria para poder valorizar completamente todo el volumen de purines generado en la explotación piloto, valorizados tanto como recurso agrícola como recurso hídrico”. El objetivo final de la cátedra es que las instalaciones dispongan de los sistemas de tratamiento de purines en origen, es decir, en el propio cebadero.
Otro ejemplo es el proyecto europeo Fertimanure financiado por la UE cuyo principal objetivo es la reducción de emisiones de GEI mediante la progresiva sustitución de fertilizantes minerales por enmiendas orgánicas obtenidas del reciclaje de los purines.
Creo que ante la situación actual de emergencia climática y un aumento en el precio de la importaciones, es muy necesario que estos proyectos salgan adelante para la instalación de estos procesos industriales de la forma más sostenible posible. Su puesta en marcha puede generar la producción de biocombustibles que sustituyan a los combustibles fósiles a nivel local.
Estas instalaciones no entrarán en competencia con el reciclaje que lleva a cabo una planta de compostaje, un proceso basado en biotecnologia más controlable, económico y ecológico, cuyo objetivo a gran escala debe de ser la producción de enmiendas orgánicas de calidad para sustituir a los fertilizantes químicos, así como otros bioproductos relacionados con el tratamiento y crecimiento de poblaciones microbianas.