En las últimas cinco décadas nuestra población mundial se ha duplicado, la extracción de materiales se ha triplicado y el producto interno bruto se ha cuadruplicado. La extracción y el procesamiento de los recursos naturales se han acelerado en las dos últimas décadas y son responsables de más del 90 por ciento de nuestra pérdida de biodiversidad, del estrés hídrico y de aproximadamente la mitad de los impactos relacionados con el cambio climático. Si continuamos con la tendencia actual, el uso de los recursos naturales se duplicará aún más para el 2060 y causará consecuencias irreversibles

-Panel Internacional de Recursos de la ONU-

La enorme necesidad de recursos (energía, alimentos y materias primas) está sometiendo al planeta a una presión extrema y es la responsable de la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero y de más del 90 % de la pérdida de biodiversidad y del estrés hídrico. Si pretendemos lograr la neutralidad climática de aquí a 2050 será fundamental ampliar la economía circular y desvincular el crecimiento económico del uso de los recursos, así como mantener este último dentro de los límites del planeta.

Esta situación global de escasez y dependencia externa en el suministro de ciertas materias hace que el acceso a los recursos sea una cuestión de seguridad estratégica para la ambición de Europa de sacar adelante el Pacto Verde.

Además, la crisis provocada por la COVID-19 ha revelado la rapidez y la profundidad con la que pueden interrumpirse las cadenas de suministro mundiales. Una de las lecciones que nos ha dejado es la necesidad de reducir la dependencia y aumentar la diversidad y la seguridad del suministro.

Por si este desafío no fuera suficiente, ahora nos enfrentamos a una situación bélica en Europa. Ucrania es considerado el granero del continente y el mayor exportador de fertilizantes de Europa, su parada en la producción vuelve a estresar esa cadena de suministro poniendo en peligro la producción alimentaria.

Para resolver este problema de escasez y dependencia exterior, la UE impulsa el uso de la  economía circular para incrementar la utilización de materias primas secundarias. Por ejemplo, más del 50 % de algunos metales, como el hierro, el zinc o el platino, se recicla y con ello se consigue cubrir más del 25 % del consumo de la UE.

El Plan de Acción para la Economía Circular contemplado en el Pacto Verde Europeo propone dos acciones que se encuentran completamente alineadas con nuestro proyecto:

  • Poner en marcha actividades de investigación e innovación en el terreno de las materias primas fundamentales, en relación con el tratamiento de residuos, los materiales avanzados y la sustitución, en el marco del programa Horizonte Europa, el Fondo Europeo de Desarrollo Regional y los programas nacionales de investigación e innovación (I+i) (Comisión, Estados miembros, regiones y comunidad de I+i).
  • Identificar el suministro potencial de materias primas secundarias procedentes de reservas y residuos de la UE e identificar proyectos de recuperación viables.

 

La UE publicó la comunicación “Resiliencia de las materias primas fundamentales: trazando el camino hacia un mayor grado de seguridad y sostenibilidad” (COM (2020) 474); fundamentado en el cuarto estudio sobre materias primas críticas publicado a principios del 2020. Se han valorado un total de 66 materias de las cuáles 30 se han considerado críticas, entre ellas el fosfato.

Todo el fósforo que se consume a nivel mundial para la producción de fertilizantes proviene de minas de fosforita que se localizan en 3 países: Estados Unidos, China y Marruecos. De hecho, los geólogos estiman que en el plazo aproximado de 50 años las reservas de fósforo caerán tanto que el precio comenzará a elevarse de tal manera que hará inviable el uso de este nutriente en la agricultura.

Pero, ¿qué pasaría si nos quedamos sin fósforo en los cultivos?

Pues que sería inviable la producción agrícola. Hay que entender que el fósforo es un elemento esencial para la vida. Este nutriente es el responsable del transporte de energía dentro de la planta. Por tanto, sin fósforo la planta no tiene energía para desarrollarse y generar la cosecha.

¿Existe alguna alternativa para conseguir este nutriente para los cultivos?

El fósforo se presenta en el suelo bajo dos formas: orgánico (de la materia orgánica) e inorgánico (de los minerales de la roca madre). Los fertilizantes sintéticos existen porque  de todo el fósforo disponible en el suelo, el 95% está en forma orgánica que las plantas no lo pueden asimilar.

Para que parte de este fósforo no asimilable pase a estar disponible para las plantas se requiere la presencia de microorganismos en el suelo que sean capaces de disolver el fósforo y hacerlo disponible para las plantas.

En nuestro proyecto dentro de las operaciones que se llevarán a cabo en la planta, los investigadores de los centros tecnológicos trabajarán con las comunidades microbianas especializadas en proveer de fósforo a la planta (solubizadores del fósforo). Estos organismos prosperan en las pilas de compostaje para conseguir unas enmiendas orgánicas ricas este mineral. 

 

 Directiva Marco Europea

Este objetivo de reducir la dependencia de las importaciones de materias primas fundamentales le podemos encontrar también el la Directiva Marco Europea para la gestión de residuos que dice lo siguiente:

«La gestión de residuos en la Unión debe mejorarse y transformarse en una gestión sostenible de las materias con miras a proteger, preservar y mejorar la calidad del medio ambiente, así como a proteger la salud humana, garantizar la utilización prudente, eficiente y racional de los recursos naturales, promover los principios de la economía circular, mejorar el uso de la energía renovable, aumentar la eficiencia energética, reducir la dependencia de la Unión de los recursos importados, y crear nuevas oportunidades económicas y contribuir a la competitividad a largo plazo.»

«A fin de que la economía sea verdaderamente circular, es necesario tomar medidas adicionales sobre producción y consumo sostenibles, centrándose en el ciclo de vida completo de los productos, de un modo que permita preservar los recursos y cerrar el círculo. Un uso más eficiente de los recursos aportaría además unos ahorros netos sustanciales a las empresas de la Unión, las autoridades públicas y los consumidores, a la vez que se reducirían las emisiones totales anuales de gases de efecto invernadero».

 

Conoce la Directiva Marco Europea para la gestión de residuos